sábado


Esta foto de mis dieciocho años me causa gracia, parece un daguerrotipo de principios del siglo pasado. Mi cabello ondulado se resistía a obedecer el mandato de la "Lord Cheseline". No había gomina ni fijador que lo domesticara. Finalmente, con el correr de los años, hice lo que debía haber hecho de entrada, ir en contra de la moda de los pelos achatados con "Alerta" o engrasados con "Brilcrim", y dejar que los rulos se expresaran en toda su dimensión...
Hay por ahí una foto que algún día incluiré en esta autoblografía, donde quedó el testimonio de un momento donde llegué a "plancharme" el cabello, enemistado con los rulos, y aprovechando que Chichita era peluquera...